Hace tiempo nos enteramos de su proyecto Cora, un taxi volador de dos plazas, y luego agregó un bote volador deportivo llamado Flyer, ambos desarrollados por una compañía llamada Kitty Hawk. Y la semana pasada acaba de salir un proyecto nuevo llamado Opener. No se mencionó al cofundador de Google en el anuncio de la startup, pero cuando se enfrentó con evidencia de la participación de Page, Opener rápidamente emitió un comunicado de prensa admitiéndolo.
Los vehículos voladores (más conocidos formalmente como eVTOLs – para despegue vertical eléctrico y aterrizaje) son los scooters eléctricos de la aviación. Todos, desde Uber hasta Airbus, están trabajando para construir las aeronaves livianas y las redes aéreas que necesitarán, por no hablar de una serie de nuevas empresas bien financiadas, como Joby en los EE. UU., Volocopter en Alemania y la empresa China EHang.
No se sabe a ciencia cierta si Page está simplemente cubriendo sus apuestas con múltiples aeronaves o emprendiendo un audaz intento de arrinconar el mercado para los autos voladores a medida que surja. Sin embargo, Page ahora controla tres de los proyectos de automóviles voladores más avanzados del mundo, por delante de rivales como Joby, Uber y el gigante aeroespacial Airbus, cuyos vehículos siguen siendo en gran medida experimentales.
La participación de Page en el campo comenzó con una pequeña compañía llamada Levt Inc, fundada en 2010 por el profesor de aeronáutica de Stanford, Ilan Kroo. Kroo fue uno de los primeros en darse cuenta de que los avances en materiales de fuselajes livianos, control de computadoras, baterías y motores eléctricos podrían permitir pequeñas aeronaves eléctricas auto-voladoras.
Todo esto, bajo el argumento de que los taxis aéreos serían mucho más silenciosos y teóricamente mucho más seguros que los helicópteros tradicionales. Lo que es más, podrían despegar (y aterrizar) en lugares más pequeños, como caminos de entrada domésticos o estacionamientos. Los partidarios dicen que los taxis voladores podrían aliviar la congestión en las calles atestadas de la ciudad, aunque aún se desconoce el riesgo que enfrenta cualquiera de ellos.
La mayoría de los expertos predicen que pasarán décadas, antes de que la tecnología permita vuelos más largos; esto por un lado, y si a esto le aunamos respecto a la Administración Federal de Aviación y los organismos reguladores locales también se interesarán en monitorear y regular estos vehículos el tiempo de salida seguramente se tardara un poco mas.
Vía The Verge.